Cuídate

cuídate de mí amor mío 

cuídate de la silenciosa en el 

desierto 

de la viajera con el vaso vacío 

y de la sombra de su sombra
A. Pizarnik

El corazón quiere
lo que el corazón quiere.

Pero me importa demasiado 

lo que la razón propone.

Si no fuera por ella
estaría ahora

ahogándome en resignación

viviendo mis últimas horas

y arrancándome las pocas ganas 

que quedan de ilusión.

Y te apareces tú,

tú que desafías corazones

y razones
ilusiones

y los miedos.

Mi verdad es

no poder darte buenas razones.
No vas a querer verme
disparándole al alma
respaldando fugas
equivocando destinos
atormentando a la mente
destruyendo sueños
y protegiendo vacíos.

El corazón te quiere,
pero detenerte es la única razón

para yo cuidarme, 

y cuidarte

de no perdernos para siempre.

Pies

Hoy duelen los pies, mis pies,
aunque llenos están de gozo
de caminar largamente
comprendiendo que no es necesario un rumbo
lo que vale es la marcha
y los pies que junto a los propios
andan.

Satisfacción en compañia de otros pies
que al igual que yo
caminan, cerca mío
y cansados quizás conciben
cómo quieren ir:
simplemente andando.

Ceguera y videncia

Ojos encendidos
y desorbitantes
que no sé si me alumbran
o me quieren dilucidar
y una boca que
concentrada en los besos
se asume en mis labios
me cierra los párpados
y provoca un fuego
desde el fondo
que es un grito sofocante
que reconoce y anuncia
la calidez de ser uno.

¡¿Pero para qué?!

Si la pasión llama
que no dicte la sin razón
de la ardiente locura.
Porque no quiero volver a abrir los ojos
para convertirlos en un llanto
que apagará el fuego
y pronto se congelará.
El hielo se puede ver
pero luego hay que simularse ciego
manteniendo los ojos cerrados
aunque se sientan las manos que hierven
y pueden tocar el hielo
para deshacerlo.
No existe hielo convertido en fuego...
¡Absurda ceguera
de la exasperación!

Solo el fuego puede ser luz
que esclarezca mis ojos
y mis manos
y me permitan palpar lo que veo.
Pero me quedaré en las frías sombras
si prefiero que no me miren tus ojos
que no me bese tu boca.

¡Déjame en mi costumbre
de permanecer vigilante en la oscuridad!
O ilumíname
sí, ilumíname
solo si sabes que con tu resplandor
puedes hacerme vidente y eterna.

Manía

Prejuicios que devienen en pánicos
que surgieron por hechos del pasado
y son los que hoy conllevan a
esta manía
de no decir
o no hacer
lo que se cree repetirá los hechos
y en el fondo lo que hace falta es ser libre
libre para vivir
libre para salir
del sufrimiento.
No es el deseo de morir lo que rige,
es el deseo de no sufrir más.
Y la seguridad,
maldita seguridad que es culpable de no permitir
que uno
sea verdaderamente libre.

Inútil deseo

En lugares muy oscuros he estado
he visto a la muerte de frente
ordenándome que la siga
que la acompañe
y yo le pido que por favor me espere un poco más
que aún no es el momento
que me faltan cosas
que tengo que hacer cosas
y lloro ante la impotencia
de una vida que necesita la muerte de frente
para tomar conciencia
para asumirse
para aceptar
que no se ha sido nada
que la destrucción es el medio más fiable
para acontecer la agonía
y renacer de los restos
de una mujer
completamente deshecha.

Luego la muerte me otorga
unos años más
e intento empezar a coleccionar los pedacitos deshechos
reconstruirlos
intentar reconstruirlos
y pegar algunas piezas
y no encontrar algunas otras
piezas que desaparecieron
que quizás la muerte ya se las llevó
para hacerme una broma pesada
y darme la esperanza de recobrar la vida
que jamás rearmará nada
que solo hará más largo
el inútil deseo de seguir viviendo.

Excusa

Los días nublados
acontecen sin novedad
son siempre idénticos.
Recibo llamadas y mensajes de amigos
que quieren verme
pero no quieren verme realmente
sienten una necesidad superficial de tenerme cerca
para aprovecharse de lo efímera que soy
de mi falta de razón
o de mi exceso de inercia.
Solo unos pocos motivos tengo para estar aquí
contemplando los días que pasan
motivos inservibles, inútiles
que lo único que alimentan es el miedo
un miedo que estanca
que me frena
miedo que me vive
y no me deja morir.
Y esas llamadas
de hipotéticos amigos
sirven como excusa
son para esconder
este anhelo irrefrenable
de acabar con los días
que aún no vienen.

...

La realidad me supera.
No encuentro lugar adecuado en el cual hacer descansar esta alma
agotada de torturarse al ver la gente pasar y pasar
sin siquiera detenerse
como si un segundo de golpe, y solo eso, hubiera entre ellos y yo misma.
Gente que no me cree, gente que no me ve, gente que no me sabe, gente que no me oye.
Y creo que no vale la pena un mundo que no tiene fe, ni ojos, ni mente, ni oídos.
Y puedo creer en mí, hablarme a mí misma, verme, saberme, oírme
sin superar una vida
que contempla el hecho de ser nada en un todo.
¿Qué mierda vine a hacer a este lugar, si este lugar no es capaz de acogerme?
Yo no voy a hacerme parte de él.
Si a nadie le importo, a mí tampoco me importa.

Cicatrices

Juntando experiencias
que la memoria desordena.
Hacerlas una a una visibles
a la realidad actual
y valorar aprendizajes
llenos de castigos,
torturas,
llantos
y heridas
que pueden llegar a ser
como luz
después de la oscuridad.

¿Cuántas cosas vividas?
¿Serán menos que
las que aún quedan por vivir?

Y si se puede reconocer que el tiempo pasa,
que entonces sanen esas heridas.

Besaré y amaré mis cicatrices.

Resolución

Soy conciente.
Aclamo y voy sintiendo libertad.
La prisión es el vacío
y aquel que no ama es el prisionero.
Una esperanza que toda la vida
se juega en ser libre para amar.

Canto de grillo

¡Un grillo canta esta noche en mi ventana!
¿Cómo ocurre que
con un simple sonido de insecto
sea capaz de sonreir?
Me sobrecojo
me vuelvo niña
y siento en una melodía la quietud de la noche
como quien siente satisfacción en el abrazo materno.
Hoy podré dormir acurrucada a mi infancia
que abre su brazos en un canto de grillo.

Anticipo

Estancamiento
y miedo.
Un pasado lleno de ilusiones
convertido en un presente lleno de pesimismos,
de traiciones no resueltas
de mentiras verdaderas
que revelan la oscuridad del alma
absorta en una esperanza deshecha.
Y yo no soy la antagonista de esta historia
pero protagonizo una tragedia,
una derrota con un final eterno
y necesariamente final.
En mis ojos existe un llanto reprimido
que quiere salir
del alma
especialmente del alma.
Y prefiero anticiparme a los miedos
rehuírlos con más miedos
para seguir en un pasado
que no ilusionó un presente lleno de vacíos.

A mi conciencia

Necesito pedirte algo,
necesito pedirte ayuda.
Ya no puedo seguir viviendo así cada día,
entre tanto vacío,
entre tanta fachada,
entre tanta apatía.
A cada hora quiero morir
y grito por detener este deseo de finitud
pido auxilio ante la frustración
de una vida que apenas vive.
Si me ayudas a encontrar razones
para vencer mi desconsuelo
admitiré que sufro como cualquier desdichado.
Mi pesar es un intento de hacer creerle al mundo
que mi vida es la de un fausto,
y la verdad es que apenas logro existir (y convivir)
en este perverso mundo
que no valora a la mujer que sufre
ni respeta al hombre que ama.
¡Necesito entender!
Ayúdame,
por favor,
ayúdame.

Penoso caminante

Con las piernas y los pies cansados
camino hacia adelante
porque hay que caminar.
Si supiera que al final del camino sólo existe un precipicio
que aliviaría estos pasos
me pondría a correr
a correr desesperadamente
para caer hasta siempre.
Pero no, no existe tal precipicio
existe un llano y penoso trayecto
que tan solo se encuentra con piedras y
pozas de agua sucia
y también uno que otro caminante
que al igual que uno
ya no se empeña en levantar las piedras
ni en mojar sus cansados pies.
Penoso trayecto que
no promete nada al caminante,
y penoso caminante que no promete nada
a su trayecto.