Instante

En un lugar del sur, escasos veinte años

y creíamos en un futuro que hoy no es

porque seguramente no debía ser.

Sentíamos que el mundo era nuestro,

lo teníamos todo,

el placer era único, tan único y grande como ha sido.

Esa noche era fría 

y en la necesidad de abrigo fuimos uno
entre las gotas de sudor entremezcladas 

con la humedad del cielo, una lluvia palpable,

que agotó nuestra materia,
nos pesó los hombros

y nos dejó caer rendidos de pasmo.

Y despertamos
y no llovía más
y el sol nos secaba

y era sabido que lo perfecto no permanecería. 

Porque son instantes los que hacen que
esto que fuimos y somos tenga sentido,

todavía tenga sentido.

Hay veces que me pregunto 

por qué tuvimos que despertar.

Esa noche

Ay, cómo recuerdo esa noche
dos cuerpos perdidos intentando encontrarse,
almas vagabundas queriendo un hogar
y a la mañana siguiente desconocernos
completamente
para nunca más vernos.

Fila

Conmigo,
siempre yo a solas y sola
conmigo.
Haciendo fila para morir
porque a eso vine.
Si esto termina sin empezar
es el fin de una existencia
que nunca fue.
¿Qué pasaría si hoy
decidiera asumirlo,
ayudarme,
hacerme cargo de ese fin?
¡Dejar de hacer fila para morir!

Siento un abatimiento incesante
un camino de tristeza que persiste
en aconsejarme no esperar más.
Es tan difícil esto que elegí:
continuar;
y sabiendo que no hay manera
de agotar el destierro,
aceptando la realización imposible,
el idealismo inútil.
Porque los otros solo ven un rostro
un cuerpo
y no ven el alma
alma que grita:
¡véanme, tóquenme, siéntanme!
¡llénense de mí!
tengo tanto para ser
tanto para dar.

Nunca llegará a ser.
Y este es el final
de una fila que
ni siquiera tiene principio.

Precipicio

¡En la punta de un precipicio que tiene dos fosas distintas y no sé a cuál lanzarme!

Allá tú

Quédate con tu pasado
estáncate
mantente acostumbrado:
lleno de rutinas
rodeado de pereza
inmerso en la quietud
de una existencia que no juega a ganar nada
y solo ve los días pasar
como por largo tiempo han pasado.
Sigue así,
esperando lo que alguna vez llegó
se fue
y no volverás a buscar.
Abúrrete en tu desgano
en tu experiencia acabada
en tu aprendizaje que no completarás.

Pero no asumas que yo seré parte de eso.
No me mueve tu apatía
no me interesa ese sosiego.
Y no me importa perder
no me importa el dolor.
Yo arriesgo heridas porque
sé
que cicatrizan cuando la piel
y la sangre
viven.

Entiendo

Ya lo entiendo.
Reconozco cómo es todo.
Solo las novelas tristes
con un desenlace vehemente
reflejan los momentos más reales y abandonados de la existencia.
La vida mediocre de los que todo aseguran
no coincide
con la vida intensa de los que todo pierden.
Y eso es entender
saber que nada es efímero pero menos eterno
que solo la memoria trasciende para dar sentido a los momentos
hasta la muerte
muerte que es de uno y no de ellos.

Desde ahora me esperan no sé cuántas horas
cuántos hechos
cuántos lugares
cuántas mujeres
cuántos hombres
pero sé que cuando los tenga y los pierda
los trascenderé.
Si algo se tiene es porque no se tuvo
y no se tendrá.

Y entiendo cómo es todo.
Y ese es otro y nuevo final de una de mis tantas novelas tristes:
te voy a perder
yo ya te estoy perdiendo.
¿Te voy a perder si nunca te tuve?
y si se pierde lo que nunca se tuvo la memoria no trasciende.
Solo trascenderá la esperanza ajusticiada
perdida
de la mediocridad que nunca se aseguró
ni se asegurará.

Y entiendo
que he elegido una vida casi intensa.

Amar

Para qué el conflicto, tanta guerra
tanta astucia
tanto ego.
De eso se ocupan los que ocultan su egoísta verdad
disfrazando de amor lo interesado.
Porque el amor es relación sin conflicto, sin guerra
sin astucia
sin ego.

No amo porque necesito ni tampoco necesito porque amo.
El amor no pide y el pedir no ama.
No deseando soy libre, no necesito nada.
Cuando necesitaste y deseaste creaste una imagen propia.
Y el amor no era imagen, porque no imagina.

Encuentro

A la mierda el juicio
ha ganado la pasión.
Los sentimientos resurgieron
desde los lugares más trágicos
y más dispersos,
lugares que
forjados desde lo funesto
son ahora la expresión
insospechada
de que la vida
y yo misma
renacemos para desvelar
que las formas inacabadas
van al encuentro para completarse.

Los momentos son tan presentes
tan libres de tiempo
abiertos en plenitud para escribir
otra historia.
El cuerpo ha sido rescatado
y el alma emancipada.