miércoles, noviembre 05, 2014

Sailor

Pintor Montoya sobre mi cabeza
y un globo terráqueo de reojo desde Australia y el Pacífico
semejante a los sorbos de jugo
que hay aquí y mis labios disfrutan como el frío del mar.
Yo sentada en madera y sintiendo la hierba, miel verde 
que ha de ser molida siempre en una moneda de plata
y capturada por hombres y mujeres libres.

Y tú interrumpes palabras no resueltas
aunque aportando a mi sonrisa más.

Ofreces algo caliente para beber
y yo no sé si decirte café o té verde...
noto (mientras abres la ventana) 
que un sonido de portillo me señala un café.
Acepto un café y me dices que si del mío o del otro,
"del mío" respondo
y algo me avisa que hirvió el agua.
¿Por qué eres tan lindo? te pregunto
a viva voz
y cucharas después dejan oirse 
y tú estás vestido no sé si de árbol o esperanza
o quizás ambas.
Preparas café (mientras te empapas de música)
me preguntas si es con leche
y digo que sin.
Todo suena distinto:
botellas, estornudos, pasos
y el aroma de café posándose en mi escritorio.

Dudas si acaso ves un capullo 
pero no es más que papel.
¡Papeles o capullos!
No. Nada comparado a un palacio
(un rincón de palacio contigo)
para estar feliz.