"Ella me daba la mano y no hacía falta más.
Me alcanzaba para sentir que era bien acogido.
Más que besarla, más que acostarnos juntos,
más que ninguna otra cosa,
ella me daba la mano y eso era amor."
M.B.
Si te pudieras ver con mi ojos
y sentir con mi alma
comprenderías...
que se vive completo en tu mirada
que la justicia deviene en un gesto tuyo
que una leve sonrisa es esperanza
y que mi cuerpo incorporado a tus brazos
es la certeza y asombro de que
lo ideal es inagotable y verdadero.
Quién iba a suponer que el artesano anónimo
en una llamada momentánea
convertiría nuestro deseo
resolviendo lo que Platón intuyó:
que el tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento
y que tu imagen es también la mía
que intento ver con tus ojos
para asimilar que
al fin
no estamos solos.