domingo, agosto 11, 2013

Conclusión

Quiero que se acabe el mundo.
Que los relojes se detengan y no vuelva a amanecer el día.
Que las raíces de los árboles dejen de crecer
que las luces nocturnas dejen de alumbrar
que las ventanas abiertas, todas se cierren
que los niños con futuro vuelvan a su origen
que las iglesias y sus campanas
nunca vuelvan a sonar
y que la ciudad oprima su devenir constante
para que los hombres puedan renunciar a la vida.
Porque hoy dejé de ser la que siempre fui
perdí la esencia y las ganas de seguir haciendo.
Porque ya nada sentido tiene
si solo quedan latidos vacíos
una mente paranoica que antes era demente
y un estómago hambriento que no quiere comer.
No quiero estar ni permanecer
apenas resistiendo.
Odio el mundo,
odio los relojes
odio las raíces
odio las luces porque encandilan
odio las ventanas
odio el futuro de los niños
odio a las iglesias, sobre todo sus campanas
odio la ciudad
y odio a los hombres.