domingo, junio 18, 2006

Reconstrucción


Todo poderío es dilapidado por la estampa de otro.
Se forja un derrumbe y se comprende la apariencia de la fuerza, la pureza de lo ínfimo.

Se asevera lo que tercamente fue negado por miedo.

Y ese otro desconoce lo que uno desconoce.
Y no puede dársele a conocer lo desconocido.

Primero reconocerse...
Aunque invada el miedo frente a tanta debilidad.