Con su deseo,
con su escalofrío,
con su incandescencia,
con su bochorno
con sus ganas de ser
libre
pero tener que ocultarse
con ese deseo culposo de ser uno mismo
en libertad
Alejar las miradas que enjuician,
alejar los pudores que oprimen,
sin conciencia que
razona lo irremediable;
o con conciencia de ser
el decoro lucha
porque siempre
el sexo va a estar en la mente, constantemente
llamando a ser
cuerpo y pasión errante.