Juntando experiencias
que la memoria desordena.
Hacerlas una a una visibles
a la realidad actual
y valorar aprendizajes
llenos de castigos,
torturas,
llantos
y heridas
que pueden llegar a ser
como luz
después de la oscuridad.
¿Cuántas cosas vividas?
¿Serán menos que
las que aún quedan por vivir?
Y si se puede reconocer que el tiempo pasa,
que entonces sanen esas heridas.
Besaré y amaré mis cicatrices.